¿Qué es la homologación y por qué es tan importante?
Si buscas en Internet el término “homologación”, probablemente encontrarás solo unas cuantas definiciones y algunos documentos legales. Un término diferente, pero que se usa con más frecuencia, es “aprobación de modelo” (Model Approval). Pero, ¿qué significa exactamente este concepto?
¿Homolo… qué?
Un producto está homologado cuando ha obtenido una certificación de una autoridad oficial. La entidad que tiene la autorización para emitir este certificado suele ser, en la mayoría de los países, un organismo gubernamental responsable de la metrología. En algunos casos, esta autoridad puede delegarse en una organización independiente dentro del mismo país.
Los procedimientos y requisitos para obtener dicha aprobación están normalmente establecidos por ley. En los aspectos que no estén previstos legalmente, el asunto puede ser evaluado por un tribunal competente, que decidirá si se puede conceder la aprobación o no.
¿Por qué homologar?
La homologación no es un proceso rápido: puede durar desde varios meses hasta más de un año. Durante este tiempo, debe prepararse una amplia documentación técnica, que detalle todas las características y especificaciones del producto, hasta el más mínimo detalle. Posteriormente, institutos de ensayo autorizados llevan a cabo diversas pruebas para verificar su conformidad.
En el mercado actual, muchos productos deben ser homologados por una agencia gubernamental para garantizar que los dispositivos realizan mediciones u observaciones correctas, incluso en condiciones extremas o cambios ambientales (temperatura, lluvia, viento, radiación, etc.). Esta aprobación de modelo es obligatoria únicamente cuando el producto está destinado a uso gubernamental, por ejemplo, en los casos en los que se emiten multas. Además, esta aprobación no se aplica solo a un producto individual, sino al sistema completo.
Un ejemplo práctico: la cámara Macq CAM5 Tomemos como ejemplo nuestra cámara ANPR más reciente, la CAM5. Por supuesto, debe ser homologada. Durante el proceso de homologación se evalúan y prueban diversos aspectos, como: las normas de calibración, la compatibilidad electromagnética (EMC), la resistencia a interferencias externas, la resistencia a la temperatura y la humedad, entre otros factores. Por supuesto, la cámara no tiene utilidad sin un sistema de back-office. Por ello, el back-office también debe ser aprobado, al igual que la cámara. Antes de obtener la certificación, se deben realizar numerosos ensayos e inspecciones sobre ambos componentes.
¿Qué ocurre después del proceso de homologación?
Una vez completados todos los pasos, superadas las pruebas y entregada la documentación requerida, se obtiene el certificado de homologación o aprobación de modelo. Y cuando parece que por fin has llegado al final del proceso... todavía queda un paso más. Cada instalación del producto, en este caso la instalación de la cámara CAM5 con su sistema de back-office, debe contar también con un certificado de conformidad. Afortunadamente, este trámite resulta mucho más sencillo en comparación con todo el proceso de homologación. Durante la auditoría realizada por un organismo de ensayo autorizado, se verifica que todo esté instalado correctamente según la normativa: que la cámara esté a la altura adecuada, que cumpla las especificaciones técnicas, etc.
Un último consejo
Las aprobaciones de modelo y certificados deben solicitarse por país y suelen tener un coste elevado.
Por eso, es importante analizar cuidadosamente todo el proceso antes de iniciarlo.